Algo grande está sucediendo en nuestro mundo. Estamos experimentando una fuerza poderosa y muy necesaria en la lucha contra el racismo, específicamente contra las personas de etnia negra en Estados Unidos y en todo el mundo. Es un tema más que importante para hablar en si mismo, pero ¿sabías que también está relacionado con el medio ambiente y el cambio climático?
Antes de continuar, quiero mencionar que soy una mujer blanca con los privilegios que eso conlleva (ver algunos de esos privilegios AQUÍ). Mi objetivo aquí es utilizar esta plataforma para compartir información que he aprendido sobre este tema hasta ahora y tratar de contribuir a la lucha contra el racismo. Sí, voy a conectar el tema del racismo con el ambientalismo, pero estos temas son críticos individualmente para el bienestar de nuestro mundo y ambos merecen nuestra atención y acción. Si estás interesad@ en aprender más sobre el pasado y el presente del racismo en los Estados Unidos antes de continuar, puedes ver ESTO (The History of Racism in America by the Smithsonian) y ESTO (Systemic Racism explained). He recibido gran parte de mi información sobre este tema de ecologistas y educadores de etnia negra por lo que compartiré su información en los enlaces y a continuación si estás interesad@ en seguir y apoyar su trabajo.
Ahora comencemos hablando del 'racismo ambiental'. El racismo ambiental se refiere a la forma en que los vecindarios de grupos minoritarios (poblados principalmente por personas de color y miembros de grupos socioeconómicos bajos) están cargados con un número desproporcionado de riesgos incluyendo instalaciones de desechos tóxicos, vertederos y otras fuentes de contaminación ambiental y malos olores que disminuyen la calidad de vida (Lumen Learning). Injusticias reales del racismo ambiental están ocurriendo ahora en Estados Unidos y en el mundo. Para resaltar algunas:
- Los afroamericanos están expuestos a un 38% más de aire contaminado que los estadounidenses de raza blanca y tienen un 75% más de probabilidades de vivir en comunidades ‘fence-line’ que el estadounidense promedio. Las comunidades ‘fence-line’ son comunidades que están al lado de una empresa, una instalación industrial o de servicio y están directamente afectadas de alguna manera por la operación de la instalación (por ejemplo: ruido, olor, tráfico y emisiones químicas) (NAACP & CATF, 2017).
- Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, aproximadamente el 13.4% de los niños afroamericanos tienen asma, en comparación con el 7.3% de los niños blancos. La tasa de mortalidad de los niños afroamericanos con asma es de uno por 1 millón, mientras que para los niños blancos es de uno por cada 10 millones ". Esto no solo afecta la salud de los niños sino que también puede costarles a ellos y/o a sus familias dinero, energía mental y física y días perdidos de escuela o trabajo.
- Los niños afroamericanos tienen cinco veces más probabilidades de tener envenenamiento por plomo (la principal amenaza para la salud ambiental de los niños) que sus contrapartes caucásicas (Bullard et al. 2007).
Las comunidades afroamericanas no solo tienen más probabilidades de estar expuestas a riesgos ambientales como la contaminación del aire sino que también tienen menos probabilidades de tener los recursos necesarios para abordar los problemas de salud asociados. Como resultado del ciclo de racismo sistémico, las tasas de pobreza entre las comunidades afroamericanas en Estados Unidos son más altas que en las comunidades caucásicas (20.8% vs. 8.1% respectivamente en 2018 (U.S. Census Bureau, 2018) y las tasas de desempleo también se ven afectadas negativamente (6.6 % vs. 3.6% respectivamente en el primer trimestre de 2020 (U.S. Bureau of Labor Statistics, 2020). El dinero y el empleo estable son factores críticos para un buen seguro de salud en Estados Unidos y en muchos otros países del mundo, dejando a estas comunidades en desventaja también en ese aspecto.
Pero las injusticias no se detienen ahí. Las personas que ya son vulnerables, incluidas las comunidades de bajos ingresos y otras comunidades marginadas, tienen una menor capacidad para prepararse y hacer frente a eventos climáticos extremos y se espera que experimenten mayores impactos (The National Climate Assessment, 2018). Tratar el evento y las consecuencias de un huracán, inundación o incendio es un desafío trágico en sí mismo. Ahora imagina hacerlo con bajos ingresos y un niño con asma.
Como si todos estos desafíos y desigualdades no fueran suficientes (y solo estoy rascando la superficie aquí), las personas de etnia negra también tienen que gastar su tiempo y energía en defender sus derechos básicos. Protestando en las calles, explicando sus luchas a personas caucásicas, preocupándose por su seguridad, eso es tiempo y energía que podrían gastarse en otras cosas. Cosas que realmente quieren hacer. También hay muchos ecologistas de etnia negra que quieren usar su tiempo, energía y talento para combatir la crisis climática pero cuyos esfuerzos se ven distraídos por su lucha por la seguridad directa amenazada por el racismo (vea un gran artículo de Ayana Elizabeth Johnson AQUÍ para más info).
Entonces, como puedes ver, la crisis climática y el racismo definitivamente están interconectados. Ambos amenazan la vida, la seguridad y los derechos de los humanos. Ambos amenazan el bienestar y la felicidad del planeta y sus habitantes. Yo creo que podemos luchar contra ambos. Hay personas fuertes, atentas y trabajadoras de todos los colores y orígenes en este mundo ... pero no todos tenemos los mismos privilegios y oportunidades. Entonces, si te encuentras en una posición de privilegio, considera usarlo para bien y conviértete en un(a) aliad@ en las luchas contra el cambio climático y contra el racismo. Lee sobre ellos, ve documentales, toma cursos, comparte información, apoya negocios ecológicos y con dueñ@s de etnia negra. Solo haz algo. El mundo te necesita.
Otros buenos artículos (en inglés):
Read Up on the Links Between Racism and the Environment by Somini Sengutpa (The New York Times)
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